Solo hay dos tipos de personas en el mundo: las mujeres y los hombres.
Summer Finn era una mujer. Altura: media. Peso: medio. Número de pie: un poco por encima de la media. En todos los sentidos posibles, Summer Finn era una chica más. Sólo que no lo era. A saber, en 1998, Summer nombró una canción del grupo escocés: Belle And Sebastian en el anuario del instituto. "Colorea mi vida con el caos de los problemas". El boom de ventas en Michigan de su album The boy with the Arab Strap es algo que aún no se explican los analistas. Cuando trabajó en una heladería en su segundo año de universidad, coincidió con un inexplicable aumento de los beneficios en un 212%. Todos los pisos que Summer alquiló, se los ofrecieron a un precio 9'2% inferior al precio del mercado. Y en sus viajes de ida y vuelta al trabajo, había una media de 18'4 miraditas al día. Era una cualidad poco común el efecto Summer. Poco común y a la vez algo que todo varón post-adolescente ha encontrado al menos una vez en su vida. Para Tom Hansen, encontrarlo ahora, en una ciudad con 400 mil oficinas, 90 y un mil edificios comerciales y 3'8 millones de habitantes, solo podía tener una explicación lógica: EL DESTINO.
Es precioso este fragmento.
ResponderEliminar